Hace unos meses comenté aquí sobre el IV Simposio de Orientación e Intermediación: Enredados para orientar, celebrado en el marco del Master interuniversitario en orientación e intermediación laboral de la Universidad de Murcia en el que participé. Como decía en ese momento, se trataron muchos temas de interés en el ámbito de la orientación laboral. La mayoría cuestiones clave para el futuro próximo de la orientación.
Durante la jornada quise introducir una pregunta que había comentado con Muñoz Parreño y que siempre ha sido motivo de debate entre quienes trabajamos en el marco de la intervención sociolaboral:
¿ Cuál es la foma más correcta de referirnos a las personas con las que trabajamos ?
Años ha que descartamos la horrible palabra de beneficiarios. Costó pero, cuando menos en mi entorno, ya no tiene ninguna presencia. Así que la pregunta se limitó a tres opciones: usuarios, participantes o clientes.
Hubo posicionamientos para las tres posibilidades. La opción con más partidarios fue participantes. Incluso hubo quien se posicionó por ella en Twitter. La que menos, la que yo defendía: cliente / clienta.
Para mi usuaria / usuario no refleja el carácter protagonista que la persona debe tener en todo esto. Me resulta, incluso, un concepto algo pasivo. “Nosotros” ponemos los recursos y los servicios. Las personas se limitan a “usarlos”. De hecho la propia definición de la Rae señala que el uso de algo ajeno siempre es con cierto límite. No acaba de convencerme. Podríamos pensar en una versión más propia de nuestro entorno digital, la que refiere a UX o experiencia de usuario/a. Pero incluso en ese caso se trata solo de satisfacer una experiencia de uso, de que la manejabilidad sea mejor, no de recuperar el protagonismo.
La verdad es que participante me gusta más, es un paso adelante en esta idea que comentaba de la pasividad. Se piensa en las personas de forma activa. Una persona que participa es alguien que no se limita a usar un recurso, hace algo más. En este sentido me gusta pero he de reconocer que no acaba de convencerme porque , aún así, quien participa no es quien manda, no es quien protagoniza.
Yo sigo pensando que entender a la persona como cliente es mucho más acertado. Sin entrar a señalar lo de el cliente siempre tiene razón, lo que si me parece es que el concepto cliente obliga a adaptarte a sus demandas. Y eso es muy interesante. Debemos atender y responder a las necesidades de las personas. Si no le somos útiles en lo que buscan ¿ cómo van a valorar nuestros servicios ?
Alguien señaló que daba lugar a confusión pues las empresas también son nuestros clientes. Y es verdad. Pero es que no tenemos por qué tener un solo tipo de clientes. De hecho, no lo tenemos. Las empresas y organizaciones también deben ser entendidas como protagonistas y adaptarnos a lo que nos dicen que necesitan. En todos los sentidos, no solo en cuanto a demandas de intermediación o similares.
Utilicemos la que utilicemos, hagámoslo siempre con respeto. Trabajamos con personas que no solo tienen derecho a decidir sobre su presente y su futuro, sino que solo ellas pueden hacerlo.
Hola Xosé Alberte.
“Cliente” suena a algo muy mercantilista, donde entra en juego el dinero a cambio de servicios y eso en intermediación, orientación, etc resulta ilegal, como bien sabes.
“Usuario” me gusta más porque también es el lenguaje que usan las webs, aplicaciones, plataformas, etc. Parece más transversal.
“Participante” me gusta también.
“Demandante de empleo” también me gusta porque en muchas ocasiones eso es lo que son y nadie debe avergonzarse de ello ni ocultarlo. Pero la Ley de Empleo ya no usa ese término sino el de “trabajador” que tampoco se ajusta mucho a lo que estamos debatiendo.
En fin, en esta cuestión estamos en las antípodas jaja
Un saludo
Creo que no estamos tan en las antípodas, Antonio. Todas las acepciones tiene pros y contras. Y comentándolo y debatiéndolo surgen las dudas. Cuando menos a mi.
Por ejemplo, aunque procure no utilizar la palabra “usuario/a” reconozco ese carácter transversal que señalas. Y me parece que puede ser muy interesante en la medida en que el entorno digital la pone en valor.
Si es verdad que seguiré apostando por cliente. Pero compruebo que sois mayoría los que veis el concepto inseparable de la cuestión mercantilista. De hecho, por lo que me han ido comentando por distintos canales, sois una gran mayoría la que no acaba de ver el uso de la palabra en nuestro contexto. Así que tendré que tenerlo en cuenta.
En participantes creo que coincidimos muchas más personas.
Pero lo que me ha gustado mucho de tu comentario ha sido la puesta en valor que has hecho de demandante de empleo. Claro que no debe ocultarse. Es que demandar empleo es un derecho. Y ya sabemos que los derechos se pierden si no se ejercen. Así que, demandemos empleo, trabajemos con demandantes de empleo.
Gracias por comentar Antonio. Y por contribuir siempre desde el conocimiento pero también desde la sensatez y la generosidad que te caracteriza. Un lujo.
Pingback: Las personas con las que trabajamos - Orientaenred