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El todo vale de las políticas de empleo

Hay quien considera que los grandes cambios de estos años en el mercado de trabajo no afectan a una importante parte de la población o que les resultan ajenos a algunos sectores o actividades. Me refiero a los grandes cambios que se derivan del impacto tecnológico (las sustituciones avanzan veloces), de las propuestas de la economía colaborativa, de la digitalización o del envejecimiento de la población que dibuja un futuro bien distinto para el 2030. Y me refiero en concreto a quienes piensan que las personas desempleadas podrán encontrar empleo como venían haciéndolo.

Con esa forma de pensar mantenemos las propuestas y los servicios de promoción del empleo, insistiendo a las personas en que busquen lo que no existe, de formas que ya no funcionan aunque eso justifique nuestro trabajo y parezca  que justifica el de las personas.

Para mi no es así. Vívimos ya en un mercado de trabajo difícil de reconocer comparado con el de una década atrás. Los cambios son profundos y no siempre positivos. Y con el mercado de trabajo también ha cambiado la búsqueda de empleo. Nunca fue echar curriculums, pero ahora mucho menos.

Por la contra muchas de las actuaciones que promovemos para apoyar a las personas en búsqueda de empleo no han cambiado. Es más, tenemos un sistema de control que especifica el número de CV que hay que “echar” para justificar que se busca empleo. Independientemente de que esta práctica reciba críticas desde el propio ámbito de RRHH, es de sentido común que pedir que nos sellen la entrega de un Cv o solicitar un justificante por una entrevista no parece que sean acciones que vayan a contribuir positivamente. Pero, en la linea de lo que decíamos, tampoco queda nada claro que estas justificaciones sean mínimamente efectivas. Las personas no encuentran empleo así. Las personas suelen enfrentar situaciones mucho menos estandarizadas y difíciles como trabajar sin cobrar y sin contrato, a modo de prueba. O como sucede en Inglaterra con el contrato de zero horas, cada vez más extendido.

Como criterios para justificar que alguien busca empleo tampoco parecen muy ajustados. Muchísimas personas pueden presentar estas justificaciones y no por ello realizar una búsqueda de empleo constante y mucho menos acertada. Es decir, no por ello están llevando a cabo acciones que realmente les puedan mejorar sus perspectivas de empleo. Si queremos buscar esto, que deberíamos, habría que pensar en las posibilidades de contar con una plantilla en la que los profesionales de orientación sean protagonistas.

Pero no es así. El Servicio Público de Empleo se gasta 243 millones anuales en una plantilla que sigue creciendo. Pero es incapaz de dar servicios útiles a sus clientes. Sólo control y personal administrativo. Así no es de extrañar que quien colabora con los servicios de empleo acabe llamándole orientación laboral a cualquier trabajo administrativo, como se ve en esta oferta que no solo es real, también incomprensible. Cuando menos, yo no la entiendo. Pero es un claro ejemplo del todo vale en el que se han convertido los servicios de empleo y los de orientación específicamente.

En este año he tenido que ayudar a distintas personas a justificar sus búsquedas de empleo para solicitar la Rai u otras prestaciones. En muchos casos lo realizado y estos criterios tienen difícil encaje. Hay personas que están muy alejadas del mercado de trabajo y se han centrado en formarse fuera del Servicio Público de Empleo. Otras deben pasar por una recuperación emocional o cubrir previamente aspectos que refieren a sus competencias básicas, las digitales sin ir más lejos. Y casi nada de esto se hace en el paraguas del Servicio Público de Empleo, algo que se pide en la relación de actividades a justificar.

En el ámbito del emprendimiento, por ejemplo, se menciona que contarán acciones de formación e información. Pero yo tengo el caso de una chica que ya ha ganado un par de pequeños premios de emprendimiento a la que estas acciones no le han sido suficientes. Y eso que trabaja por horas en verano y trata de combinar el desarrollo de su idea con la entrada de dinero por cuenta ajena. Hace un trabajo intenso. Mejorable y muy necesitado de cambios, pero intenso, constante y de mucha presencia social. Pues ni con los premios. Para ella no fueron justificación suficiente.

Por cierto, estas prestaciones o programas ligados a prestaciones también participan de la confusión y han situado el concepto de persona desempleada de larga duración en un depende.

Desde hace muchos años todos entendíamos que una persona pasaba a estar en situación de desempleo de larga duración cuando pasaba un año sin trabajar. Incluso se concretaba el concepto diciendo que trabajar 90 o más días en un periodo de 365 hacía perder la condición de parado de larga duración. Pero ahora ya no es así. Ahora depende del programa, pues en el Prepara, en la Rai o en el Programa Extraordinario de activación se dicen cosas distintas. Para mi los conceptos son importantes y no deben saltar por los aires por mucho que aumente la población en desempleo en esta situación. Es más, el INE cuenta con una definición fácilmente respetable en términos de gestión, sin necesidad de ahondar en este todo vale que pretendo señalar. En el caso que menciono hubiera sido suficiente con especificar más y mejor los criterios concretos sin mencionar nada de “parado/a de larga duración”. Y en el caso específico de los parados de larga duración, un gran y difícil problema de nuestro mercado de trabajo, estaría muy bien seguir las recomendaciones que recientemente ha dado la Comisión Europea en forma de tres medidas concretas.

Con todo, no se ve que adecuemos ni los sistemas de control ni los servicios de apoyo a lo que entendemos que están necesitando las personas y el mercado de trabajo. En julio se aprobó un nuevo Plan Anual de Empleo  y en los Presupuestos Generales del Estado parece que se incrementa la inversión. Pero solo parece. En realidad el peso presupuestario de las Políticas Activas ha caído del 0,7% del PIB al 0,4%. Una inversión escasa e incomprensible tratándose del principal problema de los españoles. Igual de incomprensible que la falta de nuevas propuestas organizativas, especialmente las que deben situar a la orientación en el lugar que le corresponde.

Un tiempo de cambios tan grandes siempre es un buen momento para recuperar el para qué hacemos las cosas y el conocimiento de a quién se las dirigimos. La apuesta pasar por contar con profesionales de la orientación para conocer con más detalle con quién trabajamos. Profesionales con recursos legales que les permitieran manejar las prestaciones con cada uno de sus clientes, independientemente de que estén en un programa o no.

El control de las prestaciones es imprescindible y debe mejorarse. Pero también es cierto que debemos mejorar las propuestas y los servicios que ofrecemos. Yo sigo echando de menos propuestas de dinamización, foros, apoyos individuales y, si, formación. Sé que es costosa pero debemos ver de una vez cómo en otros países se arman de inventiva para contar con una oferta formativa mayor. No pondré ejemplos. En este blog he hablado otras veces de lo que se hace en Austria, del sistema de orientación de Dinamarca o de cómo funcionan los programas de formación y de contratación de aprendices en UK. No todo es trasladable y no todo funciona bien. Pero si podríamos probar opciones que funcionan en otros territorios. Y no por que sí. No es una cuestión banal. A pesar de la recuperación, nos enfrentamos a un escenario en el que parece que tendremos que vivir con altísimas tasas de desempleo. Justo a esto es a lo que habrá que dar una respuesta más adecuada que la que hemos dado hasta ahora, demasiado centrada en las poco efectivas ayudas a la contratación.

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Organizaciones, sociedad digital y resistencias

Este año he tenido la oportunidad de colaborar con organizaciones que enfrentan su proyección digital, su adaptación al nuevo escenario social en el que todo está conectado. Hablamos de organizaciones que han venido desarrollándose muy correctamente en su marco de actuación sectorial, territorial… y que hasta ahora no se habían planteado cómo enfrentar un entorno en el que los clientes demandan una relación directa o en el que la forma en que se ejerce cada uno de sus puestos de trabajo y su actividad general ha cambiado radicalmente. O, directamente, se han encontrado con que los puestos de trabajo que precisaban y en el sentido que los entendíamos, ya no existen.

Algunas veces el impulso para transformarse en una organización digital viene impuesto por el propio entorno. Clientes, alumnos, proveedores, embajadores de marca, profesionales… se encuentran ya plenamente instalados en la sociedad digital, no solo en términos de uso de nuevos servicios y herramientas, también en términos de cómo se relacionan, de los canales que utilizan y del tipo de comunicación y relación que demandan. No olvidemos que aún tenemos que aumentar nuestros índices de penetración de internet pero ya encabezamos rankings de compras en comercio electrónico.

Otras veces existe alguien que trata de promover el cambio. Personas implicadas y comprometidas que ven en la transformación digital un factor clave e inevitable para la continuidad de la organización.

Pero, y esta es solo mi experiencia, sea cual sea la razón por la que una organización se decide a enfrentar su transformación digital, siempre se encuentran resistencias. Especialmente en las organizaciones que pretenden aprovechar el cambio digital en todas sus dimensiones. Me refiero a aquellas que van más allá de convertirse en una organización que tiene Twitter o que vende on line.

Esas organizaciones, las que buscan un cambio inclusivo que no deje a nadie al margen, son ambiciosas. Buscan transformarse en algo más abierto, con mayor flexibilidad y con mayor capacidad para resolver problemas y dar mejores servicios a las demandas de nuestros días. Un cambio muy grande para algunas personas. Lo digital no solo nos obliga a abrirnos una cuenta en una red, nos obliga a más cambios.

Tengo ya algunas experiencias en las que una persona implicada y comprometida organiza un evento o una actividad formativa para acercar a un equipo, a un servicio o a una organización a lo digital, a sus recursos y posibilidades. Lo hacen con pasión, con compromiso y muy motivadas por el resultado final, por la posibilidad de que se den pasos adelante en el proceso de digitalización. Pero muchas veces el resultado no es ese. Siempre hay quien se mantiene firme frente al cambio, personas que se resisten a las posibilidades de la sociedad digital.

Tal y como suelo comentar con quienes promueven eventos y otras acciones, no es de extrañar. En general no es verdad que nuestros compañeros estén deseando cambiar sus modos de hacer e incorporar nuevas herramientas. Tenemos un saber hacer que nos ha traído hasta aquí, que nos ha permitido dar buenas respuestas en nuestros trabajos y sentimos todas estas propuestas como amenazas. O peor, hay muchas personas que sienten todo esto de la digitalización como una faena a evitar, algo que les obligará a cambiar sus hábitos y automatismos. Y lo que es más grave, muchas veces sienten toda su experiencia y su trabajo infravalorado.

Los profesionales no están deseando que llegue alguien a cambiar cómo hacen las cosas. Todo lo contrario, cuando hablamos de cambios tan grandes las personas se sienten amenazadas y cuestionadas y, creo, debemos asumir que esto es así. La sociedad digital exige de las personas un esfuerzo importante por hacer cambios de dimensiones considerables. Y muchas sienten esos cambios como claras amenazas a su saber hacer, a su posición o a su empleo. Sienten como que alguien les está diciendo que lo que hasta ahora les dio buenos resultados ya no tiene valor. Y si, el cambio es inherente al desarrollo. Pero la seguridad es una necesidad que buscamos satisfacer antes que otras.

Para mi la reacción no es distinta a la actitud que en su momento muchas personas tuvieron frente a los ordenadores personales o frente al móvil. Durante años he conversado con personas que ponían mil excusas para no usarlos, para evitar aquello que les cambiaría su forma de hacer, su forma de ejercer. Muchas de esas excusas sonaban ridículas, igual que hoy suenan otras.

Pero, para mi, esto no debe resultar desmotivante o sorprendente. Estas situaciones son comprensibles. Forman parte de nuestro trabajo. No siempre es fácil aceptar el cambio. Para muchas personas las consecuencias del cambio son importantes. Y, cómo señalaba, la tendencia del ser humano no es esa. Adquirir rutinas nuevas exige esfuerzo, constancia y un tiempo mínimo.

Lo mismo sucede con los departamentos que se encargan del capital humano en las organizaciones. Si, me refiero a los profesionales y a los departamentos de RRHH o Sistemas Humanos, como los denomina Ximo Salas. No están deseando que cambien las cosas. Es más, muchos viven aún en lo analógico. No sabría cuantificarlo pero de un tiempo a esta parte he ido conociendo algunas empresas muy importantes en la economía de Galicia que son casi completamente analógicas. Una de las últimas que he conocido tiene bastantes centros de trabajo en la comunidad, una plantilla grande y varios profesionales de recursos humanos. La empresa no les da acceso a internet a ninguno de ellos.

En estas condiciones es difícil esperar que una organización se digitalice y, en consecuencia, también es difícil que  lo haga el mercado laboral a pesar de que algunos insistamos en datos y más datos sobre el tema.

Eso si, no pararemos. Este es el escenario. Las resistencias forman parte del trabajo de transformación de las organizaciones a la sociedad digital, transformación que precisa del protagonismo de las personas. Y es lo que realmente quería decir, que las resistencias forman parte del proceso. Es nuestra obligación mostrar las posibilidades y oportunidades a quienes son más resistentes. Debemos mostrar argumentos de peso y resultar mínimamente asertivos, no esperar que las personas abracen los cambios por que si, por que toca o por que están muy de moda.

No siempre es fácil, pero el camino es de no retorno. Como dice Virginio Gallardo refiriéndose a los directivos, quien no lidere la digitalización está poniendo en serio riesgo a su organización. Las organizaciones que no cambien sufrirán. Y las personas serán profesionales digitales o, sencillamente, no serán.

 

Nota: La foto que encabeza el artículo es una propuesta de Damian Przybyla y Rafal Przybyla llamada Rascacielos Migrante. Se trata de arquitectos muy activos a la hora de generar ideas, reflexiones y propuestas innovadoras para a ayudar a enfrentar el futuro de la sociedad. Alguna vez he utilizado esta fotografía en mi trabajo porque me gusta la idea de añadir movimiento a la necesidad de estabilidad. Para mantener la estabilidad es necesario moverse. Una muy interesante reflexión directamente relacionada con cómo reaccionamos a los cambios profesionales.

Búsqueda de empleo y nuevos recursos

Parece que el verano ha llegado con fuerza este año. Incluso en Galicia hemos tenido verano desde principios de julio. Bueno, ahora ya no tanto…

En estas semanas he leído distintos artículos sobre cómo enfocar la búsqueda de empleo en los meses de julio y agosto. Desde la necesidad de mantener la constancia a la de disfrutar del verano y aprovechar para hacer cambios importantes.

Yo creo que el mercado laboral se ralentiza bastante y el descanso es necesario. Aún así los smartphones y la bendita wifi pueden ayudarnos a mantener acciones de búsqueda sin que resulten un suplicio. En cualquier caso cada quien verá qué es apropiado hacer. Lo que si puede resultar muy conveniente es aprovechar el momento para evaluar lo realizado y planificar los próximos meses.

En mi caso me ha parecido un buen momento para recopilar algunos recursos que durante la primera mitad del año me han resultado interesantes y que he ido difundiendo en redes sociales.  Me gusta hacer una recopilación cada cierto tiempo. Es un ejercicio que me ayuda a situar recursos, a ofrecerlos de una forma un poco ordenada y a contar con algunas entradas que me ayudan en mi trabajo de orientación laboral. Y espero que también puedan resultar útiles a las personas que están en búsqueda de nuevas oportunidades.

En esta selección de recursos he utilizado muy pocos criterios. Solo he buscado aquellas herramientas que me parece que aportan información de interés, las que nos permiten contactar con personas u ofertas de empleo o aquellas que contribuyen a nuestro posicionamiento en el mercado de trabajo. Entre estas he seleccionado recursos que a mi me han parecido interesantes cuando los he probado, los que veo que tienen cierto uso en la red y son mencionados y difundidos por otras personas y aquellos sobre los que he recibido un buen feedback de quienes los han usado.

En otras ocasiones he tratado de agrupar temáticamente. En esta selección es más difícil pero trataré de titular o etiquetar con cierta coherencia aunque sea de una forma amplia.

Industrias Creativas

En el ámbito audiovisual y creativo, clave en el futuro europeo, me ha gustado adtriboo, un lugar que sirve tanto para encontrar proyectos como para encontrar profesionales. Una herramienta que puede completarse con esta red social para profesionales de la comunicación y el marketing que también cuenta con su pestaña de ofertas de empleo aunque no parece que tenga mucho movimiento.

Referido a las artes escénicas me gustó muy especialmente actorgal. Se trata de un proyecto de los alumnos del Centro de Audiovisuales de Vigo que funciona como bolsa de empleo para actores y actrices en Galicia.

El interesante mundo de los videojuegos cuenta en esta comunidad con un espacio para ofertas de empleo. Hay muchas y bastante actualizadas, la mayoría de programación y grafismo.

Linguística

En el ámbito de la linguística hispánica compartía hace meses Infoling, un espacio con mucha información sobre el tema que cuenta con un apartado para las ofertas de empleo, la mayoría para ejercer como lector, asistente universitario o docente.

Turismo

En la actividad turística tan propia de estas fechas he seguido utilizando Turijobs o Hosteleo. También he estado viendo AccorJobs, la App de Accor Hoteles para sus ofertas de empleo. Tienen muchas a lo largo y ancho del mundo, pero desde el principio del verano han tenido un mínimo de cinco ofertas abiertas en España, la mayoría para Madrid o Barcelona.

Ciencias de la salud y sanidad

En el sector de la salud he estado trabajando con Saludempleo, fundamentalmente para identificar ofertas en Europa. Las he visto en España, pero no muy habitualmente.

Recursos específicos de búsqueda de empleo

En términos más generalistas, como recursos específicos para la búsqueda de empleo, querría mencionar Bizmeo, el servicio de envío de CV a empresas. Cuenta con distintos planes. El gratuito envía cinco CV diarios a empresas. No es un recurso que haya usado ni que me atraiga especialmente, pero lo leo mencionado en la red y he tenido varias conversaciones profesionales sobre su propuesta.

También he conversado sobre GoWork , un lugar que ofrece muchos servicios de empleo, desde identificación de ofertas hasta formación. A mi me parece muy interesante por las opciones que da de posicionamiento. Permite mostrar de un solo vistazo y desde cualquier dispositivo la información más relevante del perfil personal, profesional o corporativo.

En lo que refiere a App’s específicas de búsqueda de empleo he seguido utilizando Indeed como metabuscador, Jobeeper para las alertas y Adecco Empleate para contar con  información útil y concreta sobre búsqueda de empleo en el dispositivo móvil. Las tres me dan buenos resultados aunque hay otras también interesantes como Trovit o Alerta Empleo. Esta última me pareció muy sencilla, haces una búsqueda y te la guardas como una alerta, sin más.

Otro servicio novedoso es el de Jobfie. Ofrece servicios de selección y de búsqueda de empleo muy completos: Permite hacerles llegar a tus contactos en redes sociales ofertas que puedan interesarles o tener centralizados todos los procesos de selección en una única aplicación.

Con Galicia como marco territorial han surgido un par de nuevas ideas a modo de portal de empleo o de agencias de intermediación. Una aún no está en funcionamiento, Galejobs. La otra viene del ámbito de la discapacidad y se llama Activa Social Ett

En este ámbito de la discapacidad y concretamente dirigido a la comunidad de personas sordas se encuentra SignoCampus. Esta no es una herramienta específicamente de empleo sino de formación, un campus virtual. Pero no quería dejar de mencionarla. Parece interesante y he recibido buen feedback de alguno de mis clientes.

Para la búsqueda de empleo en otros países me gustaría citar el servicio de apoyo y asesoramiento a la búsqueda de empleo en Europa Workertutor.

No me resisto a mencionar una web que trata de apoyar en la definición y el proceso de encontrar un empleo. Está en inglés pero resulta bastante sencillo. Una buena oportunidad para acercarnos al idioma a la vez que trabajamos en el proceso de búsqueda de empleo con ejercicios prácticos. Se llama 50 ways to make a job that makes good.

Por último me gustaría mencionar las aplicaciones o servicios que están surgiendo en el marco de la economía colaborativa con la temática de empleo como eje central. Igual lo de la economía colaborativa no es lo más apropiado pero no querría entrar hoy en este debate. Solo mencionar nuevas App’s que pretenden responder a nuevas relaciones laborales que están surgiendo en el escenario digital. Si, estoy hablando de Uber, Lyft o Airbnb que proponen relaciones laborales novedosas por distintas razones. En el terreno del empleo estas nuevas propuestas tienen su correspondiente equivalente. Quizá una de las más conocidas mundialmente sea TaskRabbit pero existen muchas otras App’s de empleo que tratan de responder a estas necesidades.

Una de ellas es Worktoday. Se trata de una aplicación móvil para unir a profesionales a media jornada o con tiempo libre con opciones puramente temporales como cubrir necesidades puntuales derivadas de imprevistos en la plantilla de una organización. Extrajobs los llaman.

Esta otra se llama TaskTide. Presta servicios de localización de minijobs en el entorno próximo. Llegué a ella porque Sergio Ibañez  la compartió en Blogempleo.

En esta linea se situaba Trato Justo permitiendo publicar anuncios sobre lo que necesitamos y lo que estamos dispuestos a pagar dirigidos a personas que se encuentran en nuestro entorno próximo. Ahora han cambiado de nombre y se llaman Helpy.

En mi ciudad, en Vigo, ha nacido otro servicio de características similares. Se llama Hiro y sirve para hacer recados o encontrara a alguien que los haga con un precio máximo establecido. De esta me informó Ana González Somoza de Entrefamilias. Una idea distinta, más cercana a la colaboración,  pero que recuerda a lo que se propone en Instacart.

Espero que todo esto pueda resultar de utilidad y que los recursos mencionados nos sirvan para mantener cierto contacto con el mercado laboral, sin que ocupe demasiado de nuestro tiempo de descanso veraniego.

¡¡¡ Feliz verano !!!