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Intermediación y formación en la lucha contra el desempleo

En los últimos meses se ha vuelto a hablar muy intensamente de la intermediación, de la gestión de ofertas y demandas de empleo. Una de las razones de esto es la intención del Gobierno de introducir modificaciones importantes en la normativa.

Se habla, ya desde el año 2021, de la obligatoriedad de que las empresas comuniquen todas las vacantes al servicio público. Así, en el Artículo 59 de Ley de Empleo se dice que quien contrate, << para poder acceder a los servicios garantizados regulados>> se compromete, entre otras cosas, a << Comunicar los puestos vacantes con los que cuenten, en los términos que reglamentariamente se establezcan >>. Pero esto está por desarrollarse.

De todas formas, en la nueva Ley de Empleo a la intermediación se la sitúa como uno de los servicios básicos de las políticas activas de empleo (junto a la orientación, la formación…).

Encajada en el Eje 1 de la Estrategia Española de Apoyo Activo al Empleo, el titulado Orientación, se la define con una función prospectiva que <<deberá captar las ofertas y demandas de empleo del mercado de trabajo y superar los desequilibrios territoriales, garantizando a las personas, empresas y demás entidades empleadoras y personas usuarias de los servicios de empleo una intermediación eficaz y de calidad>>

Por otro lado también se habla de cómo se está comportando la intermediación privada en este escenario en el que generamos empleo.

Datos de la intermediación

Y es que se ha generado mucho empleo pero la intermediación privada no ha crecido. Es más, las ETT’s han aumentado su volumen de negocio pero tampoco tanto y siguen sin tener el peso que tienen en otros países europeos: en 2023 solo contrataron al 4,3% de asalariados.

Otro ejemplo claro de que la intermediación privada no acaba de repuntar es el comportamiento del principal portal de empleo de España, Infojobs. En 2023 perdieron un buen número de ofertas de empleo, 200.000 menos que en 2022. Y sigue bajando pues hasta mayo 2024 llevan 67.000 ofertas menos que en los mismos meses del año pasado.

Tradicionalmente se ha criticado la falta de intermediación de los servicios públicos de empleo que, es un tópico decirlo, solo intermedia en un 2% de las contrataciones que se realizan.

Pero más allá de las críticas, algunas sorprendentes e incluso sin más sentido que el ataque político en este momentos de buen comportamiento del mercado laboral, la realidad es que la intermediación pública no funciona y la privada tampoco parece funcionar como debiera en este escenario de generación de empleo.

Y, por cierto, tampoco funcionó la colaboración entre ambas de hace unos años que resultó un fracaso.

¿ Un problema clave ?

Muchos señalan estas cuestiones de la intermediación como un problema importante a la hora de combatir el desempleo.

En mi opinión (una opinión personal) a la intermediación privada le falta profesionalización y efectivamente sigue sin funcionar como lo hace en otros países.

A la pública le falta mucho camino por recorrer para resultar atractiva a unas empresas que hoy por hoy tienen una imagen muy negativa de este servicio.

Si queremos que la intermediación laboral sea un servicio clave en las políticas activas de empleo y que la privada contribuya a un mejor ajuste del mercado laboral, queda mucho por hacer.

El caso es que, en mi modesta opinión, sin restarle la importancia mencionada, me temo que tenemos otros problemas a mejorar si queremos reducir el desempleo.

Obviamente la profesionalización y la mejora de los servicios de intermediación, especialmente en lo que refiere a garantizar la igualdad de acceso y la no discriminación, redundará en positivo en la lucha contra el desempleo. Eso, una obviedad. Pero, creo, nuestro principal problema no es este.

El problema principal en la lucha contra el desempleo

En este momento en España las características principales del desempleo son la larga duración, (acabamos de bajar del 40% al 38, 5%) la feminización (60% del paro registrado en mayo son mujeres), la edad (el 58% tienen más de 45 años) y, fundamentalmente, la falta de formación pues la mitad de las personas en desempleo tienen la ESO o menos (y nos vamos hasta el 64% si añadimos el nivel siguiente a la ESO).

En ese entorno de baja cualificación la intermediación es difícil. Y para los servicios públicos, obligados a priorizar a quienes más dificultad tienen de acceso al empleo, se hace mucho más complicado. Esta obligación, por cierto, es una de las razones de por qué no funciona la intermediación pública. Otra es el desconocimiento de las características de las personas en búsqueda de empleo, algo a lo que en Galicia se pretende dar respuesta con una nueva herramienta de perfilado, Emi, basado en IA que busca dar respuesta a las 15.000 vacantes que existen aquí.

Y en el ámbito privado esta situación también es un condicionante muy importante. De hecho las ETT’s tienen como principal grupo demográfico a hombres de entre 20 y 45 años con nivel de estudios igual o inferior a la educación secundaria (tal y como recoge este reciente y muy interesante estudio que sugiere un escenario preocupante en el que los empleos de agencia / ETT, más que un trampolín, podrían ser una ”trampa”, sobre todo para los trabajadores de las categorías profesionales más bajas, impidiéndoles progresar hacia un empleo estable). Vamos, que no contribuyen a solucionar ni la feminización ni el edadismo del desempleo y trabajan con personas en desempleo quienes, como digo, en su mayoría no tienen una alta cualificación.

Así que, por muy profesionalizado que pueda llegar a estar el negocio de la intermediación (que no lo está y ese es otro cantar), la cuestión es que nuestro desempleo tiene un problema de formación y debemos tratar de solucionarlo con formación.

Formación y acceso al empleo

Una de las mejores noticias que ha tenido el desempleo y el mercado laboral es la reducción de nuestras tasas de abandono escolar (en 2022, la tasa de abandono escolar temprano era del 13,9%, casi la mitad que una década antes). Ahí y en la formación específica es donde están las claves para reducir el desempleo.

Con una intermediación profesionalizada y más efectiva, la lucha contra el desempleo se verá muy favorecida y hará que las personas se acerquen a un servicio público o a una empresa de selección.

Pero también es verdad que con una población más formada la intermediación y el mercado laboral en general funcionará mejor y para las personas será más fácil salir de la situación de desempleo.

Desempleo de larga duración

Y ya que hablamos de salir del desempleo, cabe insistir en esa otra característica importante de nuestro desempleo, el ya mencionado casi 40% de personas que llevan más de un año sin trabajar y cuyo principal problema es su alejamiento de la actividad. Una situación que, creo, precisa de más medidas que las tomadas hasta ahora.

En este escenario siempre es bueno recordar que el empleo es social y la mejor forma de encontrar empleo son los contactos, eso que se pierde cuando pasamos tiempo en desempleo y perdemos actividad. Medidas específicas de activación para personas en desempleo de larga duración serían muy deseables, medidas destinadas a recuperar, generar y/o ampliar contactos

Los contactos sigue siendo el método más utilizado para la búsqueda de empleo, aquí y en toda Europa, como dicen las estadísticas de Eurostat.

Y lo es porque funciona. Como en su día demostró Mark Granovetter, los lazos débiles son claves en el acceso al empleo. Y yo lo compruebo día a día desde hace muchos años en todas y cada una de las actividades que hago en orientación laboral.

Hablando de intermediación, que no es de lo que más me gusta hacer en mi trabajo, no he podido evitar mencionar esta idea de la que sí me gusta hablar 😉

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(*) La primera imagen pertenece a un reciente informe de Adecco titulado Perfiles más demandados en 2024. La segunda es el mapa de ofertas que publica anualmente Infojobs al hilo de su informe del mercado laboral al que le he añadido la suma de las ofertas publicadas hasta mayo (voy haciendo esa suma a lo largo del año). La tercera está sacada del informe mensual de desempleo registrado del Sepe de mayo en el que pueden comprobarse los datos que cito en cuanto a edad, mujeres o nivel formativo. Ya la última es una cutre elaboración propia a partir de los datos de la EPA.

La renovada Cartera de Servicios del Sistema Nacional de Empleo

El 1º de mayo, día de los trabajadores, se publicó en el BOE la nueva Cartera de Servicios del Sistema Nacional de Empleo, un Real Decreto que, a mayores de constituir el marco para el funcionamiento de los Servicios Públicos de Empleo, es una referencia para los servicios de empleo en general. Hablamos de los servicios de empleo garantizados a todas las personas, empresas y entidades en todo el territorio y que se concretan en:

  • Servicios de orientación para el empleo personalizada, integral e inclusiva.
  • Servicios de intermediación, colocación y asesoramiento a empresas.
  • Servicios de formación en el trabajo.
  • Servicios de asesoramiento para el autoempleo, el emprendimiento viable y la dinamización del desarrollo económico local.

Se trata de una publicación que de por sí debería comentarse en su totalidad pues no solo los servicios específicos que establece y regula son importantes. Otras cuestiones como las definiciones o los principios transversales (15, todos clave para garantizar derechos y la necesaria y demandada eficacia de las políticas de empleo) son fundamentales para quienes trabajamos en esto del empleo y para quienes buscan trabajo, formación o desarrollo profesional.

Incluso la introducción preliminar previa a las disposiciones generales resulta más que interesante.

En esos párrafos previos podemos encontrar cosas tan importantes como la referencia a contar con estructuras territoriales y sociales con las que colaborar, concretamente con las entidades del tercer sector (que <<atienden a personas de colectivos especialmente vulnerables y lo hacen con un personal orientador especialmente cualificado>>) con las entidades locales, con el sistema de FP, con las Universidades, con las empresas privadas especializadas en orientación laboral y en procesos de recolocación, con los servicios de empleo de los interlocutores sociales y con las entidades de formación en el trabajo que dispongan de personal orientador.

En esos mismos párrafos introductorios no solo se habla de estructuras, leyes o conceptos. También de las personas, concretamente del personal de orientación que señala como lo más importante:

Y, lo más importante, en cuanto al factor humano, habrá que desarrollar la configuración de un perfil profesional del personal orientador laboral del Sistema Nacional de Empleo que, prestando su trabajo en cualquier ámbito, público o privado, tenga un marco de competencias profesionales visibles, evaluables y acreditables homogéneas. En toda la gobernanza de este factor humano, está teniendo una especial importancia el trabajo realizado por la red de los veinte Centros de Orientación, Emprendimiento, Acompañamiento e Innovación financiados con los fondos del Plan de Recuperación y que están configurados como el lugar de encuentro físico y virtual de toda la red de orientación. Uno por cada una de las diecisiete comunidades autónomas, más otros dos en las ciudades de Ceuta y Melilla y otro estatal.

Y, finalizando las menciones a la introducción, decir que ya aquí se establece como marco el << acompañamiento profesional a lo largo de toda la vida laboral, que precisan las personas trabajadoras, ya estén ocupadas o en desempleo y también a la pequeña y mediana empresa. Unos servicios garantizados que están bien definidos y con la financiación de Estado asegurada >>

Ya digo, un texto muy completo e importante que precisará de más análisis y comentarios que seguro otros compañeros harán pues cada uno de los servicios que conforman esta Cartera Única darían para sendos artículos con muchas cosas que comentar. En mi caso también tendría mucho que decir sobre el servicio de intermediación.

Pero no. Eso excede el espacio del blog y, además, no es mi intención alargarme innecesariamente. Así que voy a limitarme a señalar un par de aspectos que me parecen clave en el servicio de orientación, el que, por decirlo de alguna manera, me resulta más propio.

Lo primero que querría señalar es el orden. Me refiero a que sea el primer servicio de la lista. Puede parecer baladí pero para mí es importante que el primer servicio que se menciona, se desarrolla y se regula para ofrecer a los ciudadanos sea la orientación con su características de personalizada, integral e inclusiva.

Lo segundo son los tres servicios concretos que estarán garantizados dentro del propio de orientación:

  • Elaboración de un perfil individualizado.
  • Tutorización individual, asesoramiento continuado y atención personalizada.
  • Itinerario o plan personalizado.

La elaboración de un perfil personalizado se realizará en los siguientes términos:

  • Basado en datos estadísticos, apoyado en el uso de herramientas de perfilado y con una valoración de empleabilidad.
  • Con un diagnóstico a poner en conocimiento de la persona en el plazo de tres meses desde la solicitud del servicio de orientación. 

Esto último de que las personas podrán acceder a ese diagnóstico en el plazo máximo de tres meses después de solicitar el servicio me parece todo un reto

En el servicio de Tutorización individual, asesoramiento continuado y atención personalizada lo que destaca es la importancia que se da a los datos técnicos, a la información y al uso de herramientas digitales ( se mencionan específicamente las redes sociales) en todas las áreas que abarca:

  • Asesoramiento técnico sobre situación del mercado de trabajo
  • Asesoramiento técnico sobre la oferta formativa de los sistemas de formación existentes
  • Asesoramiento en la aplicación de técnicas para la búsqueda activa de empleo
  • Asesoramiento y apoyo técnico para la definición del currículo
  • Asesoramiento para el autoempleo y el emprendimiento,

Me sorprende ese nivel de concreción en este servicio que llega a establecer el curriculum en términos de competencias como la única forma para reflejar el perfil de la persona.

En lo que refiere al Itinerario o plan personalizado, creo que lo más destacable o novedoso es que se configura como un derecho para las personas desempleadas y una obligación para los servicios públicos de empleo estableciendo un plazo concreto: <<Las personas demandantes de los servicios de empleo tienen derecho a disponer de su itinerario o plan de actuación individualizado, en el plazo máximo de un mes, a contar desde la elaboración de su perfil como persona usuaria y previa petición de esta persona o, en su caso, de la tutora.>>

Como decía, no quiero extenderme. Mi intención era solo señalar la publicación de este importante R.D. Y, claro, mencionar aquellos aspectos que me parecen más relevantes, algunos por lo que suponen de cambio o concreción y otros, como estos últimos, porque me parecen muy ambiciosos.

Y con esto querría terminar, con que me alegran las referencias al papel de los profesionales de orientación o la concreción de plazos pero ahora toca lo importante: hacerlo.

Buenas noticias para la orientación laboral

Photo by Danielle MacInnes on Unsplash

No es este un espacio que funcione al dictado de la actualidad. Más bien todo lo contrario. Como blog personal de carácter profesional su objetivo no es otro que tratar temas fundamentalmente relacionados con el empleo, el desarrollo profesional, el mercado de trabajo y la propia orientación.

Creo que es la primera vez que escribo con el único motivo de celebrar una notica de actualidad. De la temática propia del blog, pero de actualidad al fin y al cabo. La noticia no estará completa hasta que se publique el correspondiente Real Decreto en el BOE pero me ha parecido suficientemente excepcional como para hacerme eco de la misma: Trabajo destina 550 millones a orientación laboral y crea el Centro de Orientación, Emprendimiento e Innovación para el Empleo.

La noticia en sí misma, una reforma que concibe los servicios de orientación en red, es magnífica. Pero, claro, lo que me ha parecido extraordinario es la segunda parte, la creación de un organismo (diecisiete pues parece que se dejará a la voluntad de cada Comunidad Autónoma) centrado en promover la orientación laboral y el acompañamiento a personas. Es, creo yo, la primera vez que vemos una propuesta sólida en este sentido, más allá de anuncios de contratación. Una propuesta integradora que busca consolidar y mejorar la práctica de la orientación laboral en el marco de las políticas de empleo. Yo hasta diría que es la primera vez que se reconoce el papel clave de la orientación laboral, cuando menos en los términos que aquí se expresan. De la misma forma que es la primera vez que se establece el emprendimiento o la necesidad de innovación como figuras clave a la hora de lograr un mínimo de efectividad con las políticas activas de empleo.

Una alegría

Pero, con todo, no son estas cosas las que me han llevado a pensar en la propuesta como algo excepcional. En realidad ha sido la reacción de mis compañeras. Desde el equipo de trabajo colaborativo de Comunidad Orienta, hasta las más próximas a mi práctica habitual, pasando por aquellas con las que solo mantengo cierto contacto en la red, en todos los casos la reacción ha sido de gran alegría.

Es verdad que muchos/muchas compañeros/as sufren de una gran precariedad (que se proyecta en el servicio que prestamos, como no puede ser de otra manera) y solo el hecho de anunciar un intento de combatirla es ya una noticia insólita tras años de trabajo y lucha. Pero la alegría ha venido, sobre todo, por ver en la creación del Centro de Orientación, Emprendimiento e Innovación, un reconocimiento tácito al papel clave de la orientación profesional frente al tradicional trabajo administrativo y burocrático. La orientación y las propias políticas de empleo, no solo son importantes y precisan de reconocimiento y respaldo económico, también necesitan de formación, de saber hacer y de innovación constante.

Esto es solo el principio, es cierto. En realidad serán las Comunidades Autónomas quienes deberán operativizar esta propuesta. Esperamos que la recojan con cariño y con implicación, asumiendo la misma idea: la clave para mejorar lo que hacemos en las políticas activas de empleo pasa por la orientación laboral, por la gestión de los recursos desde la orientación y por la propuesta constante de innovación en esta práctica.

Algunos problemas

También es verdad que no todo son alegrías. Aún convivimos con muchos males. Hay demasiadas personas que todavía piensan en las políticas activas y en la orientación laboral en términos burocráticos y no de servicio. La justificación (de los propios programas, del dinero invertido o del propio puesto de alguien) parece a veces la protagonista en un contexto excesivamente rígido.

En nuestra práctica diaria hay muchas cosas a modificar. Así, a bote pronto, se me ocurren unas cuantas que en el día a día deberían modificarse: Redefinir en la práctica la mejora de empleo que, a pesar del aumento de las jornadas parciales no deseadas, no permite participar en actividades; Repensar en qué medida participar en un proyecto debe impedir hacerlo en otro; Definir de forma clara el papel de las empresas en las políticas activas y lograr su implicación en las mismas; De la misma forma, definir de manera clara los servicios que el Servicio Público de Empleo puede ofertar a quien quiere emprender; Ofertar formación básica y facilidades de acceso a competencias digitales, entre otras cosas porque les pedimos a las personas que las pongan en práctica; Y hay otras pero harían larga la lista.

Todas estas cosas ocurren en el marco de prácticas y formas de hacer que van a “piñón fijo”, impermeables a lo que sucede en nuestro entorno. Mientras, en ese entorno, contemplamos el éxito de prácticas innovadoras que de ninguna manera se incorporan al servicio público (quizá el ejemplo más evidente es el de las Lanzaderas de Empleo). Y, claro, resulta obvio que esto no puede seguir sucediendo. De ahí que la propuesta de innovación con la mención específica a buenas prácticas resulte especialmente motivadora.

Con todo es muy posible que algunas personas echen de menos cuestiones clave en la propuesta. Y creo que tendrán razón. Por lo que hemos visto no se mencionan las herramientas de perfilado, ni el papel específico de las empresas en las políticas activas. Tampoco la digitalización o ese siempre espinoso tema de la intermediación y el tratamiento de las ofertas de empleo. Esperemos que el desarrollo Del Real Decreto y el propio organismo a crear pueda completar aspectos como estos. Incluso que pueda contribuir a que gastemos el dinero que tenemos para combatir nuestro principal problema (Covid aparte), lo que no siempre sucede.

Acabe siendo así o no, el anuncio es un primer paso muy positivo. Una gran noticia que los que trabajamos en esto celebramos, no solo porque esperamos que contribuya en positivo a mejorar nuestra propia situación sino porque, obviamente, estamos convencidos de que servirá para mejorar la eficacia y la eficiencia de los servicios que prestamos y de las Políticas Activas de Empleo en general.