Ya hace años que realizo actividades de orientación laboral en centros educativos. Habitualmente actividades expositivas y talleres. También alguna que otra mesa redonda y debates. Los centros de educación secundaria o proyectos de formación para el empleo son los lugares a los que suelo acudir, pero es cierto que lo más habitual son los centros de FP. Centros que (aún no deja de sorprenderme) en muchos casos cuentan con cientos de profesores y en torno a mil alumnos.
Todas estas actividades constituyen una de las más satisfactorias facetas de mi trabajo. Mantenerme en contacto con las aulas es realmente motivador y refrescante. Soy pedagogo y en entornos educativos me encuentro como pez en el agua. Poder conversar con las nuevas generaciones, conocer el trabajo del profesorado y de quienes gestionan los centros, ver de primera mano como se desarrollan nuevas propuestas como la Formación Dual, comprobar el compromiso y el empeño del profesorado, de equipos enteros de profesionales de la enseñanaza es, todo ello, un lujo que nunca había pensado disfrutar.
El Faro de Vigo, la prensa local de mi ciudad, se interesó por todo esto que hacemos tratando de acercar el empleo y, en general, el mercado laboral, al ámbito de la educación y la formación. Lo hizo Selina Otero, responsable del suplemento educativo O Faro da Escola que se edita en una versión en papel y otra en digital. Esta segunda es la que yo quería traer aquí. En ella comento algunas cuestiones sobre lo que hablamos en los centros y sobre el papel de la orientación laboral.